EDUCAR CON LÍMITES:
Es importante que los padres se encarguen de marcar bien cuáles son los límites durante el desarrollo del niño. Entiendo que muchas veces parece que somos un poco duros con ellos, pero merecerá la pena a largo plazo.
Algunos padres desesperados suelen decir… “es que si no le doy la chocolatina, llora sin parar durante media hora”. Lo más seguro es que el niño insista hasta que el padre o la madre pierda la paciencia y termine dándole lo que quiere. Si queremos que nuestro hijo aprenda por ejemplo, que antes de comer no se deben comer golosinas, lo último que tenemos que hacer es ceder. Es una cuestión de aprendizaje y desaprendizaje. El niño que tiene rabietas ha aprendido que si a la primera sus padres no le dan la chocolatina, quizá si llora durante media hora como la semana pasada, tendrá lo que quiere, debido a que esa vez funcionó.
Por eso, es importante que siempre se eduque en esta línea sin bajar la guardia, porque de no ser así todo lo conseguido hasta ese momento no habrá servido de nada.
Si el niño come el puré de verduras que no le gusta seguido de un reforzador positivo (elogios, abrazo, beso, atención, o incluso un “pequeño premio”), es más probable que coma algo que no le gusta en otro momento. Cuando digo “pequeño premio” me refiero a alguna actividad que le guste (durante poco tiempo), un buen postre…etc. Es importante que realmente el reforzador le guste y sea lo suficientemente atractivo y proporcional a la conducta que queremos que se repita.
Algunas personas creen que el castigo sirve para reducir o eliminar malas conductas. Sin embargo, si actuamos de esta manera conseguiremos todo lo contrario.
Durante el desarrollo infantil los niños crecen de manera adaptativa observando su entorno, en este caso a sus padres. Tras observar el comportamiento de éstos (sonrisas, reacciones…) comienzan a imitarles, sirviéndoles de modelos. Es decir, los niños aprenden a través del modelado, dedicándose a imitar conductas ya sean apropiadas e inapropiadas. Por eso, los padres tienen un papel crucial en la forma en que transmiten la educación a sus hijos. Si queremos que el niño no pegue a su hermano y se lo decimos gritando o le damos un “cachete en el culete”, perderíamos la razón de hacerle ver que no se debe pegar.
Por otro lado, hay que hacer ver que se ha portado mal transmitiéndoselo desde lo positivo “No te has portado bien Gonzalo”, en lugar de “te has portado mal Gonzalo”. De este modo evitaremos que el niño piense que es un niño malo, en lugar de pensar que no se ha portado bien del todo.
Si no se ponen límites a tiempo, el niño aprenderá que en su vida nunca recibió un “No” por respuesta, por lo que no lo tolerará. Luchará por conseguir lo que quiere como siempre ha hecho, hasta que acaben desistiendo sus padres. Esta situación a largo plazo solo generará más dificultades comportamentales en un futuro por parte del niño.
Por eso, os animo a que les eduquemos en valores, enfatizando el buen comportamiento a través del elogio, “¡Qué bien lo has hecho Gonzalo!”, el abrazo, un premio merecido. Y no nos olvidemos de ser siempre buenos modelos y ejemplos a seguir.
Os dejo un video que refleja la importancia de transmitir una buena educación a los hijos a través de buenas conducta y no al revés.
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