El ser humano de la sociedad actual hace las cosas apresuradamente, y por consiguiente, mal, porque lo único que le interesa es terminar cuanto antes su trabajo e ir a la suya.
Cuando se reúne con su mujer, marido, amigos o incluso con sus hijos, tiene mil cosas en la cabeza, pensando constantemente lo que tiene que hacer al día siguiente. Probablemente noescuchedel todo lo que le están contando, sí que le interesa, sin embargo, siente esa necesidad depreocuparsepor lo que tiene que hacer… “que no se me olvide que mañana tengo que ir… “, “la de cosas que tengo que hacer esta semana, que estrés…”, entrando en ese bucle de pensamientos, llamados rumiativos, que hacen que no sólo no disfrutemos de ningún momento del día sino que además, hacen que nosotros mismos, siendo dueños de nuestros propios pensamientos, entremos en el túnel de la conocida “ansiedad”.
Este tipo de actitudes y pensamientos que miran hacia el futuro, hacen que ésta se vaya apoderando de nosotros sin que nos demos cuenta.
Por este mismo motivo, me gustaría insistir en que nos olvidemos de lo que pasó y de lo que vendrá. Encaminémonos aquí y ahora, hacia el presente.
Vivamos el presente como si fuese la primera vez que vivimos cada experiencia.
Nos estamos perdiendo “pequeños placeres” de la vida que por muy minúsculos que sean hacen que cada día sea diferente. Nos hemos acostumbrado a vivir de manera automatizada, como una máquina con el botón “ON” encendido actuando sin pensar en lo que se está haciendo, ni cómo se está haciendo en ese momento.
¿Por qué no nos detenemos un momento a pensar, por qué no hemos disfrutado de ese momento que teníamos con nuestro hijo/a, o de esa comida de compañeros de trabajo?
Un porcentaje elevado de personas no suelen ser conscientes del trayecto de la Universidad a casa, o del trabajo a ésta. Es como si nuestro cerebro supiera a dónde y por dónde tiene que ir, y de pronto, no sabemos cómo, pero estamos en nuestro destino. Te aconsejo que disfrutes de ese trayecto, cambia de camino y relájate, disfruta también de ese momento ¿Por qué no?
Es inevitable tener pensamientos y preocupaciones rondando por la cabeza, pero tenemos que aprender a no entrar en ese círculo vicioso que nos hace sentir angustiados. Es decir, dejamos que entren esos pensamientos pero sin entrar a juzgarlos, simplemente dejemos que lleguen y salgan. De esta manera, aprenderemos a vivir de una manera más adaptativa y saludable, tolerando aquellas preocupaciones que se tienen en la vida cotidiana.
Algunas de las cuestiones que estoy intentando transmitir están muy relacionadas con la “atención plena”, “vivir el momento presente, en el aquí y el ahora”, que proceden de una nueva técnica de tercera generación llamada Mindfulness, que tiene sus orígenes en el budismo.
Actualmente ha despertado mucho interés en la neurociencia y la medicina por sus beneficios en la salud física y mental (Trastorno Obsesivo Compulsivo, ansiedad, en la prevención de recaídas para la depresión, adicción a las drogas…etc.) tanto en la población adulta como infanto-juvenil.